Las manchas de sol en la piel son un proceso que no sólo afecta a personas, sino también a perros y a gatos. Conocida técnicamente como «queratosis actínica».
Afecta especialmente a perros con pelo blanco o moteado, corto y que tengan mucho contacto directo con el sol. Entre razas predisponentes están: Pitbull, Staffordshire, Bull Terrier, Bóxer, Dálmata y Whippet. La edad de presentación suele ser avanzada, pero también se puede detectar en animales de dos años de edad dependiendo si les gusta mucho tomar el sol.
Una exposición prolongada a los rayos UVB causan fototoxicidad (quemaduras solares) dañando directamente las células de la piel (queratinocitos). A veces, si el perro toma el sol del mismo lado, se puede ver la diferencia de la zona más expuesta al sol con la zona del otro lado.
El mejor tratamiento es la prevención, sobre todo en animales que vivan en campos y terrazas. Evitando la exposición solar entre las 11:00 y las 15:00 (periodo con mayor radiación UV). No es un proceso canceroso, éste puede evolucionar a ello. Por tanto, si vuestro amigo peludo desarrolla alguna mancha es recomendable que lo revise vuestro veterinario para realizar una primera valoración.